BIOGRAFÍA:
(Burlington,
1859 - Nueva York, 1952) Filósofo, pedagogo y psicólogo norteamericano. John
Dewey nació en ciudadela del "yanquismo" de Nueva Inglaterra, en el
seno de una familia de colonizadores de humilde origen, el mismo año en que
apareció Sobre el origen de las especies, de Darwin. El "yankismo" y
el darwinismo fueron los dos puntos iniciales de una actividad filosófica que,
empezada en una época hoy arcaica, había de terminar en 1952, y de una
filosofía cuyas repercusiones mundiales se dejan sentir aún en nuestros días.
Los
fundamentos no racionales del pensamiento de John Dewey se apoyan en la
tradición "yankee" de la práctica, del obstinado empirismo y del
"sentido común y nada absurdo" procedentes, por lo menos, de los
tiempos de Benjamin Franklin, quien, como Dewey, consideró objetivos legítimos
la mentalidad y el método experimentales. Según parece, las tradiciones más
estrictamente filosóficas y morales de Nueva Inglaterra -denominadas
normalmente puritanismo- no dejaron huella en nuestro autor.
La
estructura racional por él erigida sobre los mencionados fundamentos derivó,
originariamente, de Darwin; en el pensamiento de Dewey, la mente humana es un
producto de la evolución biológica, un "instrumento" que, como el
cuello de la jirafa, se ha ido desarrollando para permitir la adaptación y supervivencia
del organismo en el mundo físico. La inteligencia, pues, debería ser utilizada,
juzgada y modificada de acuerdo con su eficacia práctica de instrumento de
subsistencia.
La juventud
casi rural de Dewey y sus años de universidad transcurrieron en el Este; en
1884, sin embargo, inició la actividad docente en el Midwest, donde vivió
durante los veinte años siguientes. De tal región -de sus genéricos estados de
ánimo y de su "liberalismo americano" a la antigua- parece haber sido
siempre el intérprete. El contacto, en los últimos años de estudios, con la
obra de Hegel había dejado, según él mismo afirma, "un poso
permanente" en su pensamiento. El intento de una nueva interpretación del
ilustre filósofo alemán en modernos términos norteamericanos -o sea
"yankees" y darwinianos- fue el primer paso en la elaboración de lo
que había de llegar a ser el "instrumentalismo" (la teoría y el
nombre resultaron variantes de lo que un autor contemporáneo pero de más edad,
William James, denominó "pragmatismo").
La primera
obra publicada por Dewey fue -lo cual es significativo- una Psychology (1887);
en ella demostró su autor que la naturaleza y la función
"instrumentales" de la inteligencia son el principio esencial del
pensamiento filosófico; la filosofía -da a entender allí- no es una parienta de
la psicología, sino una hija bastarda de la misma. La forma de esta
descendiente empezó a aparecer en Esbozos de una teoría crítica de la ética
(Outlines of a Critical Theory of Ethics, 1891), que tres años después se convirtió
en The Study of Ethics.
Entre las
dos obras, y como explicación, según Dewey, del desarrollo que se había
producido de la primera a la segunda, surgieron los Principios de psicología de
James James abrió
nuevos caminos de explotación para la psicología al publicar en 1890 su obra
clásica en dos volúmenes. Principies of Psychology (Principios de psicología).
Entre sus temas incluía la sensación, la percepción, las funciones del cerebro,
los hábitos, el fluir de la conciencia, el sí-mismo, la atención, la memoria,
el pensamiento, la emoción y la voluntad. En todas estas áreas James fue un
precursor que se anticipó a gran parte de las perspectivas psicológicas del
siglo siguiente.; quien, después de Hegel, ejerció sobre su ideología la mayor
influencia. Tales estudios iniciales sobre las bases psicológicas de la ética
provocarían (Ethics, 1908) la virtual reacción de ésta en muy pocas de sus
componentes psicológicas.
Mientras
tanto, Dewey había empezado a aplicar la teoría instrumentalista a otros
ámbitos -la educación y la lógica- en los cuales, con unas conclusiones
alabadas por unos y condenadas por otros, contribuiría a la aparición de
revoluciones de alcance mundial. Llegado en 1894 a la Universidad de Chicago,
pronto inició aquí un curso experimental fundamentado en los principios de la
doctrina instrumentalista. Sus principios pedagógicos -renuncia total a los
métodos y objetivos tradicionales de la enseñanza- fueron expuestos en Escuela
y sociedad, texto publicado en 1903.
Dewey sitúa
el fin de la educación en el adiestramiento de los hombres en la
"adaptación" a su ambiente y en la reconstitución de éste de la
manera más adecuada a sus deseos y necesidades. El razonamiento, inspirado en
la mentalidad norteamericana de la iniciativa práctica en su forma más
inteligente, era formalmente impecable; sólo cabía reprocharle el olvido de
casi todos los "deseos" y las "necesidades" considerados
fundamentales por cuantos, de Mosé a Freud, habían analizado el espíritu. Ello
desquiciaba además, naturalmente (y como Dewey parecía admitir muy gustoso) el
anticuado concepto de alma.
En 1916,
cuando publicó su tratado más elaborado, Democracia y educación, el
"Movimiento de la Educación Progresiva" podía considerarse
definitivamente en marcha. En 1903, Dewey había escrito asimismo Studies in
Logical Theory, obra que en 1938 daría lugar a Lógica. La teoría de la
investigación, pero también, singularmente, en 1920 a Reconstrucción en
filosofía, acusación plena de la metafísica tradicional y de la práctica misma
de la contemplación o de la especulación como fin en sí en cuanto lujo inútil
de las ociosas clases ricas (hablaba un democrático plebeyo).
He aquí los
elementos de juicio empleados por Dewey en la comprobación de la verdad y el
valor de una idea: "¿Funciona? ¿Produce resultados provechosos?" Como
en otras partes, el problema de lo "provechoso" -o sea la cuestión
fundamental de la ética clásica- no tuvo, en la obra de nuestro autor, una
respuesta satisfactoria. El "provecho" se ve equiparado, en general,
a lo que determina el "crecimiento", el "progreso", el
"mejoramiento", el "desarrollo", la
"evolución"... En la base de estas vagas nociones racionalistas
existía cierto horror irracional de lo inmóvil y fijo; nos hallamos, pues, ante
la convicción típicamente norteamericana según la cual la inmovilidad es, por
sí misma, algo maléfico, en tanto que el movimiento y el cambio resultan, ya
por ellos solos, beneficiosos.
La
filosofía de Dewey encontró el favor de un público ávido no sólo en América,
sino también en cualquier otro lugar del mundo en el cual hubiese aparecido la
conciencia de la necesidad del cambio, la impaciencia contra el orden
tradicional, ya de la mente como de la sociedad: Rusia, México, China, Turquía,
Japón... Varios viajes y ciclos de conferencias le llevaron al establecimiento
de un contacto directo con tales países; enormes fueron los efectos recíprocos
de tales visitas. La dilatada existencia de Dewey le permitió llegar a deplorar
ciertas consecuencias, profundamente ajenas a su liberalismo humanitario, de
algunos movimientos revolucionarios alentados por sus propias teorías.
Tan
prolífico en cuanto escritor, como tosco, desvaído y carente de atractivo
resultara en este mismo aspecto, compuso, entre otras obras importantes, varias
interpretaciones instrumentalistas: Naturaleza y conducta humanas, Experiencia
y naturaleza, La búsqueda de la certeza, El arte como experiencia, Experiencia
y educación (Experience and Education, 1938) y Libertad y cultura (Freedom and
Culture, 1939). Su teoría de la "adaptación" evolutiva tiende cada
vez más, entre los discípulos más lejanos y menos numerosos, a convertirse en
una disciplina de conformismo a cualquier "norma" mediocre y una
especie de sutil y con frecuencia inconsciente tiranía intelectual. La
inevitable rebelión contra el "deweysmo" en el ámbito educativo ha
adquirido la forma de un autoritarismo opuesto que afirma inspirarse en Santo
Tomás de Aquino.
REFERENCIAS:
Biografiasyvidas. John Dewey. URL: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dewey.htm . Extraido 19 de setiembre
del 2013.
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